En el número dedicado a los perros decidimos que el único miembro del grupo que sabía de cerca sobre el tema era Perrini-Ini, nuestro precioso y acariciable peluche, por lo que le pedimos que se hiciera cargo de la nota editorial. Aquí van sus notas.
Amores Perros
Tuve que leer TODO lo que llegó para saber de qué escribir… aunque en el fondo sabía de qué tenía que escribir: perros, y todo lo que nos concierne: pelo, pulgas, ladridos, olernos el trasero, hocicos fríos y esa dependencia instintiva que nos hace ser los mejores amigos del hombre.
Me pone contento, muy contento, saber que la mayoría de los autores aman no solo a los perros, sino también al resto de las criaturitas del Señor (no sé quién será ese tal “Señor”, pero es como si fuera el amo de ustedes los humanos, pues tienen miedo de que los castigue si hacen algo malo, la única diferencia es que ustedes no tienen rabo que esconder entre las piernas).
Nuestra personalidad humilde nos hace personajes de diversas historias que, los humanos creen, son relatadas con absoluta certeza en sus palabras. Pero están mal, lo que describan es lo mínimo que pueden decir acerca de nosotros. ¿Creen que los gatos son los místicos? Ok, les acepto eso, pero somos los perros los guerreros, los leales, los mártires, los mensajeros, los héroes, los compañeros.
Y, justamente, el contenido de esta revista gira en torno de esa gran cualidad nuestra: ser compañeros de vida. De eso, ningún gato podrá jactarse, de ser compañero, de ser cómplice, de ser secuaz.
Entonces, los dejo para que lean historias perrunas (y también porque no sé qué más escribir… entiéndanme, no tengo dedos, es difícil) y se llenen de pulgas que les harán escocer el alma.